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  22 de enero  2020

¡ANTENA GRATIS! / 128

PIERRE MARÍA

He aquí un extracto de una comunicación que tuve ayer con un oficial del ejército francés durante la Gran Guerra. Este trabajo fue a pedido de su sobrinita...

Mi nombre es Pierre-Marie. Fui suboficial en el ejército en 14/18 pero mi nombre no se unió a los prestigiosos nombres grabados

en marmol

Recuerdo muy bien cómo fue mi sufrimiento.

Ella me desgarró el estómago. Este dolor y este miedo que no quiero que nadie sepa.

Por otro lado, apenas recuerdo lo que mi número no me autorizó a hacer.

Es una tontería porque mi número me permitía hacer ciertas cosas que el soldado común no podría realizar en absoluto, pero qué  ???

No quería crear el mal y, sin embargo, lo viví y permití que me llevara, como un soldado toma la muerte por compañera.

Hoy no me importa nada de eso porque hoy bailo con mi hijo, que murió muy joven y lo extrañaba mucho.

Durante estas peleas, muchas veces lloraba porque, aunque era cabo, todavía era un hombre y, a veces, el viento y el frío,  la miseria y el aburrimiento de encontrarme solo entre los hombres me recordó la realidad de que la muerte se puede encontrar al final de un campamento

o cerca de mi corazón humano.

No me atrevía a llorar frente a estos hombres que dirigía, pero la urgencia era tal que mi angustia me carcomía el corazón mismo del vientre.

Pienso que hoy ya no podría mostrarme como un líder conduciendo a estos hombres a la batalla y sin embargo, por dentro, no podía resignarme a creer que todo estaría bien y que el final estaría cerca.

Mi final no fue tan glorioso como mis luchas porque me encontré aplastado por un camión, mientras estaba fuera de la vista, durante la Segunda Guerra Mundial.

estaba en argentina y viajaba hacia santiago, cuando mi dedo del pie quedó atrapado en un surco hecho por la lluvia torrencial

y me encontré en el suelo.

Cuando traté de levantarme, no vi que el camión venía hacia mí y me encontré en el suelo, sangrando.

Vomité mi sangre hasta el final de mi asfixia y aquí estoy muerto de repente.

No hubiera pensado terminar así pero no es momento de filosofar.

Me encontré muy cerca de poder iniciar un nuevo pase de armas y aquí estoy cayendo en el lodo y todo eso para terminar como un pobre en una fosa común.

Miro hacia atrás en mi vida y la encuentro igualmente muy buena porque cuanto más voy a nuestro Padre Eterno y menos me doy una nueva oportunidad para comenzar de nuevo.

Para que todos se tomen de la mano y que todos ustedes hagan de su existencia un remanso de paz y un mundo maravilloso.

Pedro María. No me quejo de mi existencia, al contrario.      

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