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¡ANTENA GRATIS! / 133

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María Madeleine

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Hoy, cuando estaba trabajando para un amigo que sufría y estaba preocupado por su salud, por primera vez vino a mí un Alma para que pudiera enviar un mensaje de apaciguamiento a mi amigo. Esta Alma es María Magdalena.

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¿Cómo está la salud de Alain?

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Es cierto que su salud es mala pero esta fase de dolor es casi obligatoria para llegar a las puertas de nuestro Padre Eterno.

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Su Alma está creciendo y por supuesto abriéndose.

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Todo este sufrimiento es para un único propósito  : Que su cuerpo celeste (su Alma) comprenda que no actuamos por casualidad.

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No, mientras su Alma llamada Axelle no entienda por qué vino a esta tierra, hará sufrir a su cuerpo terrenal.  : Alan.

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Alain no va a morir pronto, siendo este su corazón celestial (su espiritualidad) debe estar en ósmosis con nosotros.

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Pero cuánto dolor pasará antes de que comprenda lo que le estamos pidiendo.

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A veces me desespero que esta Alma nos entienda pero sigo convencido que al final esta comprensión llegará

para ponernos en fase.

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Mientras tanto, y lo siento, pero Alain debe sufrir para seguir viviendo.

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No suelo acudir a ti, pero aquí tenía que hacerlo. Me llamo  : María Magdalena.

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Me sentí tan humillada ya veces hasta rechazada que este sufrimiento corporal, lo conocía muy bien.

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Así que Alain, mi grandullón, no te martillees la cabeza, como sueles decir en tu lado del universo.

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El sufrimiento es vuestro destino diario pero es obligatorio para haceros progresar y hacer avanzar vuestro cuerpo celeste.

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No podremos intervenir en esto porque esta fase es obligatoria para vuestra salvación.

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No creas que no te amamos, al contrario...

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Te pareces tanto a mí, en esta desafortunada etapa de tu existencia.

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Te amamos tanto que no podremos conocer a otro Alain como tu cuerpo celeste y también terrestre.

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Piensa en todo lo que te acabo de anunciar y te prometo que comprenderás mi mensaje.

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Alain, siéntete orgulloso y fuerte porque tu hora de morir aún no ha llegado.

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Esto aún no está actualizado.

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Te amo mucho.

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María Magdalena, pecadora en el corazón de los hombres pero "  viuda  en mi cuerpo de carne por la muerte de mi Cristo.  

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