Mensaje de Marie para Laurent

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Marie, Madre celestial, vengo a ti por Laurent Rivière que quisiera saber dónde está con su evolución mediúmnica así como con su audición.  ?

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¿Por qué siempre quieres buscar lo que solo encuentras en el momento adecuado?  ?

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Este mensaje no es para informar de esta evolución sino para mostrar este rumbo tanto celestial como terrestre que debes tomar, mi querido Laurent...

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En este preciso momento, te debes a ti mismo estar cada vez más cerca de nuestro corazón celestial (fe) porque es solo la fe lo que daremos por sentado.

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Es vuestra fe y vuestro corazón terrenal que podremos introducir en el reino de vuestro Padre Eterno y sólo él podrá o no haceros evolucionar.

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Pero sepan igualmente que cuando su corazón celestial haya realizado este dulce milagro de estar entre nosotros, entonces su corazón terrenal podrá conocer nuevamente las alegrías y la felicidad de estar en el nivel en que nos gustaría estar.

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Después sólo será hábito de estar con nuestro corazón celestial.

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Mi muy querido Laurent Rivière, no te pido que seas el más grande o el más fuerte.

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Sólo os pido que estéis más cerca de nosotros así como de vuestro Padre Eterno y sólo así vuestro corazón terrenal se verá evolucionar.  !!!

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Así que no busques respuestas donde no las hay y por el contrario, mira en lo profundo de tu corazón celestial y terrenal.

y olvida todo lo demás.

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Sólo éste (su corazón terrestre), no podrá latir por su corazón celestial y viceversa.  

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Los dos están íntimamente ligados y serán nutridos por el amor de nuestro Padre Eterno.

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Así que no creas que nuestros intercambios serán en vano porque nunca lo serán.  !!!

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Ellos vendrán siempre que nos necesites y nosotros, por nuestra parte, acudiremos a ti siempre que tu corazón celestial nos necesite.

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Así que nunca dejes de creer en nosotros como creemos en tu corazón celestial y terrenal, mi muy querido Laurent...

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Te amo tanto que olvido tu estúpida pregunta y te dirijo directamente a tu corazón terrenal todo este amor que nos devuelves en cada momento de tu vida.

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María, directamente a los corazones terrenales de los hombres, mujeres y niños de tu siglo.